Nuestras bicicletas volaban, el viento acompañaba, la brisa marina hacia soportable el impresionante calor, nuestros culos resistían los 50 km diarios, pero de repente.....se acabó la carretera.....habíamos llegado a Djifere un pueblo feo donde los haya donde tenían un basurero en la plaza del pueblo y fue el primer sitio donde unos crios nos tiraron una piedra. Por suerte de todo esto nos dimos cuenta al día siguiente de pasar noche en otro precioso campament (yokam) que está a 10 km antes del pueblo. De Djifere contratamos una piragua para que nos cruzara todo el delta hasta Tambacuta. En esta negociación empleamos todos nuestros recursos y fue la ocasión perfecta para deshacernos de tres móviles que habíamos traído.
